Desde hace mucho, no me atrevía a
escribir. Tal vez por miedo a reconocer todos los errores que he
cometido. Al parecer se me había olvidado que es una de las pocas
formas para poder tranquilizar la angustia de mi alma.
He estado estancado. En cierta forma es
bueno reconocerlo. Pero ese estado es muy delicado, porque luego
cuando te miras en el espejo te das cuenta que el tiempo ha pasado. Y
no son solo un par de semanas, son varios años. Darse cuenta de la
realidad, afecta mucho, lógicamente depende de la persona; pero en
mi caso me ha afectado un poco hasta mentalmente. Y no es solo
cuestión de ser menos joven en edad. También afecta en varios
aspectos.
No es nada bonito saber que le has
fallado a tu familia, a tus amigos, a la gente que confió en ti...
No es lo mas agradable escuchar de la boca de tu familia que te digan: "FRACASADO"...
Haberles fallado a todos y que ahora ni siquiera quieren hablarte.
Porque piensan que nuevamente les estás prometiendo cambiar y que
todo seguirá igual.
Es duro abrir los ojos y ya dejar de
pensar como un niño tonto. Darse cuenta que tus compañeros de
primaria ya tienen esposa e hijos. Y que tu sigues igual o peor, sin
un título universitario, sin un empleo envidiable y que te la pasas,
según todos: “VAGANDO”...
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